
El Galaxy S7 trae pocos pero relevantes cambios de diseño con respecto al S6. El terminal conserva su tamaño de 5,1 pulgadas, está fabricado en aluminio en sus bordes y cubierto por Gorilla Glass 4 en la parte trasera y frontal. Este Gorilla Glass es más denso que en sus predecesores, dando lugar a un teléfono más contundente y robusto. El cristal está curvado también en la parte delantera, por supuesto menos que en el Edge, pero sí consiguiendo ese acabado 3D que vamos viendo en muchos terminales en los últimos meses. De hecho, esta curvatura hace que en muchas fotos el S7 parezca el S7 Edge por los reflejos.

El Galaxy S7 trae una pantalla superAMOLED de 5,1 pulgadas con una resolución QHD de 2560 x 1440 píxeles, al igual que en el S6. Su densidad de píxeles se queda en los 577 ppi, una monstruosidad. Como ya hemos visto en los últimos Samsung de gama alta, estamos ante un panel sublime con un nivel de brillo y detalle estupendos